Sabia Escuela de Saberes

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Fábula: “El Jardín del Alma”

Había una vez un jardinero que cuidaba un hermoso jardín lleno de flores y plantas exuberantes. Pasaba sus días regando las flores, podando las ramas y cuidando cada detalle con amor y dedicación. Sin embargo, también notó que en medio de su jardín crecían malezas que amenazaban con sofocar la belleza de las flores.

Un día, mientras trabajaba en el jardín, el jardinero reflexionó sobre la similitud entre el jardín que cultivaba y su propia vida interior. Comprendió que su mente y su corazón eran como un jardín, con pensamientos y emociones que crecían como flores y malezas.

Decidió que, al igual que cuidaba su jardín externo, también debía cuidar su jardín interno. Comenzó a observar sus pensamientos y emociones, como si fueran las flores y malezas en su jardín. Notó que algunos pensamientos eran como flores brillantes, llenándolo de alegría y gratitud. Pero también descubrió que había malezas en forma de pensamientos negativos, dudas y miedos que amenazaban con perturbar su paz interior.

El jardinero decidió tomar medidas. Se propuso arrancar las malezas de su mente, una a una. Cada vez que surgía un pensamiento negativo, lo identificaba y lo reemplazaba con un pensamiento positivo. Al igual que cortaba las ramas muertas de sus plantas, dejaba ir los patrones de pensamiento que ya no servían a su bienestar.

A medida que el jardinero trabajaba en su jardín interior, notó que su mente se volvía más clara y tranquila. Se sentía más en paz consigo mismo y con el mundo que lo rodeaba. Se dio cuenta de que, al igual que el cuidado constante de su jardín externo producía flores más hermosas, el cuidado constante de su jardín interior le permitía florecer como ser humano.

Con el tiempo, el jardín del alma del jardinero se convirtió en un lugar de serenidad y belleza. Las flores de gratitud, amor y compasión florecieron en abundancia, mientras que las malezas de la negatividad se desvanecieron. El jardinero se dio cuenta de que, al cultivar su jardín interior, había encontrado un camino hacia la verdadera paz y felicidad.